La academia colombiana ante la crisis de liderazgo político
Ante la proliferación de candidaturas presidenciales y la escasez de propuestas de valor estratégico y práctico para la sociedad, los académicos tenemos la responsabilidad de salir de nuestras torres que están lejos de ser escenarios de confort en estos días, y formular proposiciones de mayor calado para superar esa especie de afasia anómica preelectoral cargada de lugares comunes dentro del injustificado cálculo al uso entre las decenas de aspirantes que dicen estar aguardando el momento certero para emitir sus propuestas. La ciudadanía, percibe con desesperanza el cúmulo de lugares comunes y de facilismos que reflejan una gran aridez en el debate y conducen al hartazgo.
Con total validez y pertinencia, sectores de la ciudadanía que navegan en el proceloso mar de la incertidumbre, reclaman de forma creciente una respuesta que supere los torbellinos vacíos de contenido a los que nos remite a menudo la polarización estimulada con los agravios y el lenguaje primario, como también la mediación elemental y llena de personalismos de un “centro” que no es alternativo porque, según la costumbre, luce como un piélago de individualismos que lanza proclamas unitarias mientras practica la descalificación clandestina de los supuestos aliados.
Comentando esta situación con rectores y ex rectores de Instituciones de Educación Superior existe un acuerdo casi natural en que la academia no se encuentra cómoda en las batallas inter e intra partidistas siempre caracterizadas por sesgos ideológicos o caudillistas que conspiran contra la metódica elaboración que generalmente contiene nuestra aproximación a la realidad. En cambio, y lo percibo como una tendencia por fuera de lo tradicional, los académicos piensan que en esta oportunidad no hay espacio para pasar de agache, no es posible evitar la intervención en el debate público mucho más allá de lo electoral configurando un portafolio de proposiciones estratégicas que además, coloque en los escenarios de la discusión nacional, un conjunto ineludible de decisiones de alta incidencia sobre el cual los candidatos y las organizaciones políticas han de dejar saber sus posiciones, para así convertir la campaña del 2026, en un gran tablero para el consentimiento informado de los electores.
Aparecen entonces esos temas que configuran lo que sería un mandato ciudadano sobre asuntos cardinales para los colombianos en los órdenes nacional e internacional, sobre la base de la aceptación del orden constitucional que nos rige y por ende, del sistema democrático que allí se consagra. Dentro de una captación no extensa de las percepciones que obtuve en estas conversaciones y foros, surgen aquellos interrogantes temáticos que pueden documentarse para ser objeto de debates debidamente sustentados argumental y numéricamente en los campus universitarios, para ser puestos a la consideración de los candidatos que terminen compitiendo una vez culminen los procesos de configuración de listas para las elecciones legislativas y de proclamación e inscripción definitivas de las candidaturas presidenciales.
Los académicos tenemos un rol particular: alentar la profundización del debate político sobre temas cardinales para los colombianos dentro de un ambiente de respeto y pluralismo
La tarea cívica para avanzar en este ejercicio de activación de la civilización política, puede y debe iniciar inmediatamente. A continuación, menciono algunos temas que pueden servirnos de referencia:
Son postulados no discutibles para abordar las propuestas políticas que responden a problemas fundamentales, la aceptación de la base constitucional y del principio esencial de la economía de mercado con responsabilidad social y ecológica que considera a los sectores público y privado como las dos cámaras de flotación del sistema económico, a la separación de poderes como uno de los ejes del sistema político, a la concertación social como un complemento permanente mas no sustitutivo en el ejercicio del gobierno y al tetraedro integrado por los ecosistemas educativo, científico tecnológico, empresarial - productivo y de las organizaciones territoriales y social comunitarias como base de la sostenibilidad integral y de la participación ciudadana.
La Política Internacional de Colombia es un tema fundamental. Cuáles son los pilares de una política exterior multi alineada y multidireccional, con alta capacidad negociadora, comprometida con la sostenibilidad planetaria, con un rediseñado panamericanismo dentro de una aproximación consistente con Estados Unidos que cierre las brechas con América Latina, consolide compromisos con Europa, profundice con logros tangibles la relación con Asia y avance en las relaciones con África y Oceanía. Cuáles los planes y el desarrollo institucional para nuestra diáspora, cómo será la política migratoria, la estrategia diferenciada hacia nuestro vecindario. Cómo construir una actuación coordinada que enfrente la cadena internacional de las drogas e interactúe con mérito en pro de la paz global y por la reducción del armamentismo. Cómo alcanzar mayor incidencia y eficacia en la gestión para pugnar por una reforma eficaz de las estructuras multilaterales más allá de las proclamas no aglutinantes.
La política de Colombia en la regulación inteligente de los procesos de manejo de datos, su analítica, la intervención ajena en la determinación individual, el uso de los instrumentos celulares por la infancia, su aplicación en los sistemas educativos y la asimilación de la inteligencia artificial bajo criterios de sano aprovechamiento social, consideración ética y humanismo digital. Tal regulación es pertinente para salvaguardar tanto la libertad como sus límites. La relación entre libertad y seguridad no conoce equilibrios perfectos. Y por ello la construcción de las regulaciones debe manejar la dicotomía entre la urgencia de las decisiones y la calidad democrática de su construcción.
La definición de las políticas para la población adulta mayor y para la infancia son un asunto urgente con referencia a la vertiginosa transformación del perfil demográfico de Colombia. Reforma pensional y diseño de alternativas fiscales para asumir las responsabilidades como asunto crucial. La familia multiforme y su atención como objeto de políticas público-privadas han de ser objetos de las proposiciones estratégicas de la academia en materia de la economía del cuidado.
Juventud, género y multi etnicidad son componentes críticos de la discusión público – privada en modo de proposiciones políticas a ser consideradas por los electores. Estos sectores esperan un juego de proposiciones estratégicas que superen los “saludos a la bandera” y se transformen en movilizaciones institucionales sostenidas que repercutan en transformaciones socio-culturales en los territorios, las municipalidades distantes y en decisiones respaldadas en la gestión de recursos para que las asignaciones y competencias tengan respaldo económico y material y no se conviertan en alimento de frustraciones y postergación continuada, o terminen como animadoras de conflictos y cultivo de promesas incumplidas y protestas sin salida.
El sector productivo en todos los sectores y niveles de la pirámide empresarial aguarda un replanteamiento en favor del crecimiento redistributivo, de la articulación de los sistemas de promoción del empleo, la educación para el trabajo y el desarrollo humano, la integración de las rutas y circuitos de formación hacia una estructura múltiple y flexible que integre los ámbitos de la educación y sus modalidades, la investigación y el desarrollo tecnológico con las políticas industrial, comercial, agropecuaria, turística y de internacionalización para lo cual se hace necesaria la puesta en marcha de programas emitidos en diferentes gobiernos que son objeto de implementación comenzando por la recuperación y rehabilitación de los órganos públicos y privados de planeación, una función a la que la academia puede ayudar en una reformulación activa, tangible y ciudadana.
Y desde luego la sociedad espera las proposiciones estratégicas en materias como la salud, la cuestión ambiental, la transición energética, la lucha contra la pobreza, la consolidación de la paz, el impulso a la inclusión y la formalización económica, la gestión de riesgos, la descarbonización y el sobrio ejercicio de la autoridad democrática ante los fenómenos de la minería ilegal, el empoderamiento del crimen en los territorios y la deforestación. Autoridad, democracia institucional y civilidad son elementos participantes de políticas esperadas en variados temas como la expansión de los servicios públicos particularmente del alcantarillado, la gestión de los océanos y la preservación y aprovechamiento planeado de la biodiversidad, asuntos todos en los cuales se requiere una retaguardia de la Universidad y de la ciencia. Colombia ha desaprovechado valiosas contribuciones y experiencias que los académicos del desarrollo hemos entregado.
Estas referencias que no constituyen una enumeración exhaustiva sino apenas un juego de ejemplos han de servirnos para fermentar este llamado a los líderes políticos desde la academia. Como bien lo expresara Esther Duflo, Premio Nobel de Economía a propósito de la lucha contra la pobreza, nuestro objetivo es agotar todos los esfuerzos para que los problemas principales de nuestra nación, se enfrenten con base en el conocimiento y en la evidencia científica.
Juan Alfredo Pinto
Economista, escritor, Rector de Uniempresarial, octubre de 2025
Publicado en El Tiempo en octubre 2025
https://www.eltiempo.com/amp/vida/educacion/la-academia-colombiana-ante-la-crisis-de-liderazgo-politico-3507768